El iraní fue condenado a la pena de muerte por habersele encontrado un kilo de drogas. La ejecución se realizó en la ciudad de Bojnord, en donde estuvo colgado por doce minitos luego de los cuales fue descolgado y los médicos certificaron su muerte.
Sin embargo, los familiares que recogieron el cuerpo en la morgue, notaron que el hombre aún respiraba.
Las autoridades iraníes tras constatar que el ahorcado estaba vivo, lo llevaron a un hospital, donde ahora se restablece bajo vigilancia policial en espera a que la sentencia sea ejecutada por segunda vez.
Un representante de las autoridades declaró que “la condena fue de muerte y tiene que ser cumplida”.
Amnistía Internacional está luchando por salvarle la vida...
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