En Filipinas, un niño de 9 años fue secuestrado por un delincuente durante 8 horas y lo tenía amenazado con un picahielos en el cuello.
El delincuente quizo evitar un arresto y no tuvo mejor idea que tomar al niño como rehén.
Como la policía no atinaba a encontrar una solución, la madre entró a escena con un gran crucifijo rojo en la mano y le pidió que liberara a su hijo. Cosa que finalmente sucedió y el chico fue llevado al hospital con dos pequeñas heridas en el cuello.
El delincuente fue arrestado y se enfrenta ahora a cargos asalto y privación ilegal de la libertad, de acuerdo con la policía del distrito de Quezon.
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Que locura, bueno la madre finalmente pudo lograr lo que la policía no pudo.
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