A mi me sucede que me despierto 15, 20 o más minutos antes de que la alarma empiece a sonar. Y por la molestia de saber que en cualquier momento empezará a hacer su trabajo, ya no puedo domir más.
Pues bien, la revista Science ha publicado las conclusiones de científicos del Instituto Salk de Estudios Biológicos de Los Estados Unidos, quienes han desubierto un componente del reloj biológico que hasta ahora no se conocía.
Satchindananda Panda, uno de los autores del estudio, asegura que todas las mañanas nuestro reloj biológico nos despierta y ordena ponernos de pie. "El cuerpo es esencialmente un conjunto de relojes. Conocíamos vagamente el reloj que nos hacía ir a dormir cada noche, pero no el que nos activa en las mañanas".
Este reloj de las mañanas está asociado a una proteína llamada JARID1a, y los investigadores aseguran que ahora podremos entender mejor el insomnio y el por qué nuestro reloj biológico cambia y falla a medida que envejecemos o enfermamos.
En los mecanismos moleculares que controlan nuestro ciclo de sueño-vigilia interviene una proteína llamada PERIOD (PER). El número de proteínas PER en cada célula del cuerpo aumenta y disminuye cada 24 horas. Nuestras células usan este nivel como indicador de la hora del día, y en función de esas cantidades le dicen al cuerpo si debe estar despierto o dormido. De hecho, cuando al llegar la noche los niveles de PER caen, nuestros sistemas biológicos se vuelven más lentos: disminuye la presión arterial, el latido cardíaco se hace más lento, nuestros procesos mentales disminuyen, etc. Para que todo vuelva a ponerse en marcha a la mañana siguiente, según han descubierto Satchindananda Panda y sus colegas, es necesario que intervenga la proteína JARID1a, que funciona como un interruptor que nos “enciende”.
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