El alcohol marea, desinhibe y envalentona, y este fue el efecto que provocó en este hombre, que evitó el robo de una tienda de una gasolinería.
Como ven, el ladrón encapuchado entra con un arma al lugar y amenaza a la encargada. Pero el borracho se acerca sin miedo alguno, lo coge por la capucha y lo saca de la tienda. Es de suponer que el ratero, o era novato o quizás buena gente y no quiso usar el arma, o bien, no tenía balas.
Finalmente el robo no se consumó y el amigo de lo ajeno, huyó del lugar con las manos vacías y muy asustado seguramente.
Ver también:
El peor ladrón del mundo
Hombre en silla de ruedas evitó un robo
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