“Lo tenía a 30 centímetros de mi cara cuando sentí como un grano de arena en el ojo”, dijo este joven francés tras sufrir una leve herida en un ojo al ver cómo explotaba su iPhone. Según cuenta, el aparate se encontraba a unos 30 centímetros de su cara.
El teléfono comenzó a crepitar, la pantalla de vidrio se cuarteó y explotó, arrojando pequeños fragmentos que se incrustaron en la cara del chico, de 18 años, que requirió atención médica.
El joven y una amiga, que se encontraba con él en el momento de los hechos, aseguraron que el teléfono no estaba excesivamente caliente antes de que explotase.
Apple no se ha pronunciado aún al respecto.
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