Esta es la respuesta del Padre Alberto al escándalo de las fotos con una mujer en la playa publicadas por TVNotas.
Queridos amigos:
Hace 22 años entré en el seminario, convencido de que Dios me llamó a compartir el sacerdocio de Jesús. He tenido momentos muy felices y momentos de pruebas grandes, pero a pesar de todo, se que aún Dios me llama y lo tengo que escuchar.
Durante mucho tiempo estuve convencido de que con una buena dosis de oración, ejercicio y una vida equilibrada, toda tentación se podía vencer. Pero, en mi caso particular, no fue así. Mi confesor me animó mucho y la gracia de los sacramentos me ayudó a ser fiel y entregado al sacerdocio durante gran parte de mi ministerio.
El trabajo parroquial y de los medios me presentaron todo tipo de personas - incluso muchos hermanos sacerdotes que también luchan con diversos temas de la sexualidad humana y el celibato que nos exige la Iglesia. No ha sido fácil. De hecho, a mis más cercanos amigos y colaboradores les he dicho que “este año fue el más difícil de mi vida”; viendo tantas situaciones desagradables que han vivido sacerdotes hermanos míos - dentro y fuera de Miami. Quizás el conocer tantas cosas de la institución y en tantos lugares, me han hecho más sensible a todo este dolor y la necesidad que tiene la Iglesia de reformarse. Dice la Sagrada Escritura: 'No es bueno que el hombre esté solo' y eso yo lo he vivido en carne propia. Lo he visto en muchos hermanos y en mí mismo.
Quiero que sepan que tomo plena responsabilidad por mis acciones y sé que soy yo quien actué mal. Le pido perdón a Dios y a ustedes si alguien se siente ofendido. A la misma vez, me consuela la misericordia de Dios - porque Dios tiene brazos muy amplios y sé que nos ama a todos con Su amor incondicional.
Los animo a que amen a la Iglesia, amen la misión de evangelización y no dejen que nada ni nadie los desanime. Pidan por mí siempre.
¿Quién podrá separarnos del amor de Cristo? ¿Las tribulaciones, las angustias, la persecución, el hambre, la desnudez, los peligros, la espada? Como dice la Escritura: Por tu causa somos entregados continuamente a la muerte; se nos considera como a ovejas destinadas al matadero. Pero en todo esto obtenemos una amplia victoria, gracias a aquel que nos amó. Porque tengo la certeza de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los principados, ni lo presente ni lo futuro, ni los poderes espirituales, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra criatura podrá separarnos jamás del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor.
(Romanos 8:35-39)
Los quiere,
Padre Alberto
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Grande Padrem su carta muestra que usted es una persona integra y yo lo respaldo.
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