Esto sucedió en Chile, donde los familiares de Felisberto Carrasco lo dieron por muerto al no poderlo despertar y sentir lo frío que estaba su cuerpo. En lugar de llamar a un médico para certificar su muerte, no tuvieron mejor idea que de una vez llamar a la funeraria y meterlo a un cajón.
Mientras lo lloraban en pleno velorio, el tío abrió los ojos y fue inmediatamente sacado del ataúd.
El anciano de 81 años dijo no sentir dolor alguno y pidió que le sirvan un vaso con agua.
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mmm pobre tio jaja
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