Como no quería ir al primer día de clases en su colegio, a este niño de 10 años de la ciudad de Monterrey, no se le ocurrió mejor cosa que pegarse la mano a la cabecera de la cama, con un pegamento industrial para zapatos.
"No sabía cómo evitarlo, y no sé cómo se me ocurrió, pero anoche me acordé que mi mamá había comprado un resistol muy fuerte (pegamento industrial), y pensé que si me quedaba pegado a la cama no me podrían hacer ir a la escuela". Fue entonces que decidió "ir pa' la cocina, donde mi jefecita (madre) tenía el resistol en la alacena, lo agarré y me lo puse en la mano",le dijo Diego a la agencia de noticias AFP.
La mano de Diego estuvo pegada al cabecero metálico durante dos horas, durante las cuales los paramédicos de la Cruz Verde, elementos de Protección Civil del Estado y policías preventivos trataron en vano de liberarlo.
El menor se negaba a decir el por qué de su sui generis decisión, hasta que finalmente soltó entre risas que "no quería ir a la escuela, no tenía ganas, estaban muy ricas las vacaciones".
Finalmente un elemento de Protección Civil del Estado roció con éxito un spray llamado 'afloja-todo' en la mano del menor.
Mi padre, que en paz descanse, me hubiera despegado la mano a correazos y hubiera ido ese mismo día al colegio...
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